Soy un asistente legal que trabajó con Mike Jette. Sé de primera mano que él tiene el carácter, las habilidades de liderazgo, y la experiencia de enjuiciamiento para ser un abogado excepcional del Condado de Pima.

Llevaba 10 años trabajando en la Oficina del Fiscal General de Arizona, en la División de Protección del Menor y la Familia, cuando acepté un puesto en la División Penal. Me asignaron como asistente jurídico del equipo de Mike. Él y yo nos llevamos bien de inmediato. Mike fue más que el fiscal que me asignaron; fue un mentor porque yo no tenía ninguna experiencia en derecho penal. Imagino que muchos fiscales no querrían enfrentarse a alguien tan novato como yo, pero Mike estaba dispuesto a aceptar el reto. Aprendí mucho de él, desde los fundamentos de la acusación hasta las complejidades de los estatutos de imposición de penas.

Allison Bradford, Especial para Tucson Sentinel